martes, 4 de agosto de 2009

LA SERPIENTE ROJA PRIMERA PELICULA CUBANA SONORA

"La Serpiente Roja" Primera película cubana sonora from Memoria de Cuba on Vimeo.


Película basada en la novela detectivesca de Félix Benjamín Caignet "Las Aventuras de Chan Li Po"


La historia suele ser caprichosa y hay seres que nacen signados para brillar. Ese fue el caso de Félix Benjamín Caignet, quien en sus venas llevaba sangre francesa y cubana y que progresivamente desdobló sus potencialidades artísticas hasta alcanzar una versatilidad y plenitud inusual.

Ya en 1933, en Santiago de Cuba, este narrador innato se había volcado íntegro cuando inauguró la primera historia episódica orientada a niños y adolescentes en Ibero América, denominado “Las Aventuras de Chelín y Bebita” y poco después le toco el turno a las “Aventuras de Chan Li Po”, primer exponente del género detectivesco escrito por cubanos, partiendo de las series norteamericanas.

Promotor teatral, periodista, reportero, dramaturgo, poeta, pintor, compositor, son sólo algunas de las vertientes de su arte. Sin embargo, aún le quedaba mucho por decir y aún tenía mucho por dar Caignet a Cuba.

La historia registra el impacto comunicativo sin precedentes que causaron las peripecias del detective chino al estrenarse en La Habana por Radiodifusión O’Shea y como toda la actividad cotidiana se supeditó a ella, en sorprendentes audiencias.

El protagonista de la serie, fue Aníbal de Mar, el mismo santiaguero que la estrenó en Santiago de Cuba, junto a Caignet y que después sería la figura central en la versión cinematográfica que hoy nos ocupa. Para 1937, cuando ya había transcurrido un cuatrienio desde que México y Argentina estrenaran su industria cinematográfica parlante y en Cuba no lograban concretarse los disímiles intentos encaminados a este fin.

Le tocó a “La serpiente roja”, la primera de las series de Chan Li Po, que no solo Caignet escribió, tanto en su versión radial como en la cinematográfica -inaugurar nuestros filmes sonoros, dándole no solo la primacía de la historia, adaptando su obra original, sino marcando su debut como guionista en la pantalla grande.

Para ello, se creó una alianza insólita cuando Luis R. Molina (1) se asoció a Félix O’Shea propietario de la emisora radial que estrenó estos episodios en La Habana, para producir el filme que deviene el primer resultado concreto en nuestro país de una producción hablada, “dirán si puede establecer o no en Cuba la industria cinematográfica” (2).

En el elenco, protagonizado por Aníbal de Mar, estaban Pituka de Foronda (talentosa actriz española de las tablas del grupo “La Cueva”), Carlos Badias como galán joven, Dolores Zabala, Pedro Segarra, Aurelio Cavia, Ramón Valenzuela, Roberto Insua y hasta el propio Caignet como Talua, significativo personaje. En el equipo técnico, tuvo a Ernesto Caparros (3) quien asumió la dirección general y el sonido y a Laureano Rodríguez Gavaldon y Ricardo Delgado, correspondieron las cámaras, en una historia con más de siete mil pies de rodaje (8 rollos). La filmación se efectuó principalmente en el antiguo Hotel Almendares, en las márgenes del río homónimo.

La premiere se produjo en La Habana, en Mayo de 1937; ocasión explotada por todos los elementos de la Industria Cultural habanera. La Prensa Plana y la Radio se prodigaron en notas, infomerciales y hasta afiches a todo color impresos en los talleres del Sindicato de Artes Grafica S.A. (4)

Pese a la complejidad de una trama muy complicada que aunaba diversas sub tramas, secretos, un monstruo familiar, una bella muchacha, un juez apuesto, un primo antipático y una “Mona Lisa”, el film captó la atención de los asombrados cineastas del patio.

Un año más tarde surgió Películas Cubanas S.A. “PECUSA”, productora cinematográfica cubana creada entre otros por Ramón Peón, que acometería obras de colección en nuestra memorabilia cinematográfica, como fueron por mencionar a las primeras “Sucedió en La Habana” y “Romance del Palmar”, donde brillarían tanto talento cubano e iberoamericano, pero ya esa es otra historia.

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